Ven, Señor y lo verás
Resumen
La Promesa de Vida en abundancia sigue desafiando nuestras presencias y compromisos. Como discípulas y discípulos de Jesús, estamos llamadas/os a construir comunidades de encuentro que estén y permanezcan donde la vida clama; comunidades dispuestas a llorar y a enjugar lágrimas, a gestar y alumbrar vida nueva, vida en abundancia desde la humanidad herida y fragmentada. Empecemos “por casa”. ¿Cómo vamos a gestar posibilidades de nueva humanidad si no somos capaces de reconocer las dinámicas abortivas y los tufos a muerte en nuestras comunidades? Recordamos nuestro primer encuentro con Jesús y su proyecto de Vida en abundancia; lo actualizamos a nuestro hoy, a nuestro ahora. Nosotras y nosotros somos quienes fuimos, vimos y nos quedamos con Él. Jesús nos pregunta “dónde”. Ahora, nosotras/ os le decimos “Ven, Señor, y lo verás”. Estas páginas pretenden ser una motivación para el-bien-preparar-la-visita y seguir pidiendo “Quédate, Señor, con nosotras y nosotros”.