Espiritualidad Trinitaria y eclesiología de comunión
Resumen
Vivir una espiritualidad trinitaria es optar por una espiritualidad que brota del amor, la acogida, la compañía y la ternura. Es poner en la base de todo el rescoldo del evangelio que junta paternidad, hermandad y acción vivificante. Nos deja con una gran fuerza unitiva y con mucha fecundidad. Una espiritualidad trinitaria es una espiritualidad de comunión. Para llegar a ella tenemos que partir del encuentro; los auténticos encuentros son como los sacramentos, significan y producen la gracia. Esta espiritualidad trinitaria nos lleva a celebrar la comunión. Celebrar la comunión es pedir perdón cuando no la vivimos; escuchar la palabra de Jesús que nos habla de la comunión; pedir la especial gracia de la comunión; agradecerla cuando se vive; celebrar la comunión es, en fin, alabar a Dios que nos la da y nos la pide y para ello hay que vivir pascualmente, actuar bajo la acción del Espíritu y proceder con esperanza. El momento histórico nos pide iniciar el camino de la comunión y hacerlo en buena compañía.